La agenda climática global requiere una mirada de género

  • 02 de septiembre de 2023

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En la última década aumentó el reconocimiento de que es necesario y urgente avanzar en la igualdad de género para alcanzar una transición climática justa y un desarrollo sostenible. El Acuerdo de París, así como los fondos multilaterales bajo el Marco de las Naciones Unidas para el Cambio Climático (UNFCCC, por sus siglas en inglés), también lo reconocen. En la COP 20, celebrada en 2014, se acordó el Plan de Trabajo de Lima sobre Género y en la COP 25 de 2019 se finalizó su plan de acción. Pero a pesar de los avances, la igualdad de género en las políticas climáticas está lejos de alcanzarse, por lo que es prioritario implementar medidas efectivas para lograr esta meta. En esta línea, en la COP 26 se lanzó la Declaración de Liderazgo de Mujeres de Glasgow, un llamado a la acción en favor de la igualdad de género y un mayor apoyo a las iniciativas nacionales y globales lideradas por mujeres.

Las desigualdades de género dificultan la transición hacia un mundo de cero emisiones netas, al tiempo que agrava los impactos de la crisis climática. Como grupos vulnerables y heterogéneos, considerando otros factores como la procedencia geográfica, el origen étnico, la edad y la clase social, entre otros, las mujeres, las infancias y las diversidades son quienes más sufren los impactos climáticos. Por ejemplo, en los países del Sur Global, las mujeres son las más afectadas por el aumento de sequías, dado que suelen estar a cargo de la provisión de agua para sus familias y la escasez las obliga a recorrer distancias cada vez mayores en busca del recurso, poniendo en riesgo su seguridad.

Pero las mujeres no solo son un grupo altamente vulnerable. Son también importantes agentes de cambio en sus comunidades, ya que desempeñan un papel crucial en el liderazgo de las acciones climáticas y la implementación de soluciones en varias partes del mundo. Estudios demuestran que las mujeres, debido a sus roles de género, toman decisiones que priorizan el bienestar de sus familias y comunidades en cuanto a la gestión de los recursos, por lo que son más efectivas en promover condiciones de resiliencia climática equitativa. Además, las mujeres que gestionan empresas son más propensas a adoptar prácticas sostenibles y reducir las emisiones. Ellas son tradicionalmente guardianas del conocimiento ancestral y aportan puntos de vista complementarios a la agenda climática.

Por lo anterior, la adopción plena de un enfoque de género en los temas climáticos es clave para una transición justa y en este sentido hay dos cuestiones de gran importancia: por un lado, la definición de acciones relacionadas con el género en el Marco Global sobre Adaptación, y por otro, la integración del enfoque de género en la financiación climática y en el desarrollo de capacidades como medios clave de implementación de políticas de adaptación al cambio climático. Aunque estos puntos no cubren todas las brechas de género en la política climática que deben abordarse, son indispensables para impulsar una transición justa, guiada por la adaptación liderada localmente y el desarrollo centrado en las personas, que tenga en cuenta las necesidades específicas de los grupos vulnerables, que también son quienes protagonizan las soluciones.

El enfoque de género en el Objetivo Global sobre Adaptación
El Objetivo Global sobre Adaptación (GGA, por sus siglas en inglés), propuesto por el Acuerdo de París, tiene como meta “mejorar la capacidad de adaptación, fortalecer la resiliencia y reducir la vulnerabilidad al cambio climático”. Este objetivo actualmente está bajo discusión en el marco del programa de trabajo de Glasgow-Sharm El-Sheik (GlaSS), que toma su nombre de las dos ciudades que fueron sede de la COP 26 y la COP 27, con miras a mejorar su conceptualización y su alcance. Este grupo de trabajo tiene un mandato de dos años que finaliza en 2023 en el marco de la COP 28. Pero a pocos meses de su conclusión, y aunque los observadores y especialistas esperaban la inclusión de enfoques de género en las negociaciones sobre el GGA, los resultados son escasos, tanto en las comunicaciones a UNFCCC como en las discusiones. Aunque haya una intención, los retos para esta inclusión y para la priorización del tema pueden llevar a una supresión de las prioridades relacionadas con el género en las nuevas políticas globales de adaptación.

Además, existe un llamado liderado por los países del Sur Global a comprometer los medios para traducir y territorializar acciones que puedan mejorar realmente las capacidades de las mujeres y otras diversidades para responder al cambio climático, poniendo las preocupaciones económicas y sociales lideradas localmente en el centro de la estrategia de adaptación. Por lo tanto, hay una demanda y una oportunidad de profundizar el enfoque de género en el Objetivo Global de Adaptación.

Financiamiento climático: un enfoque sensible al género
El financiamiento climático tiene como objetivo abordar las causas fundamentales de la crisis climática, reducir las emisiones, apoyar una transición energética justa y disminuir las vulnerabilidades al cambio climático. Para cumplir con su propósito, es fundamental que llegue a las comunidades locales, incluyendo a las más vulnerables, y tenga un enfoque de género asertivo, es decir, que considere las necesidades y los contextos específicos en cuanto al género.

Sin embargo, este objetivo no se está cumpliendo: se estima que solo el 10% del financiamiento climático llega realmente al nivel local. Las comunidades enfrentan dificultades para acceder a financiamiento por diferentes razones que tienen que ver principalmente con desafíos técnicos, como justificar los requerimientos financieros con racionalidad climática, especialmente por parte de las comunidades más vulnerables. Además, también existen desafíos institucionales como la falta de capacidades para solicitar fondos debido a barreras lingüísticas, escaso acceso a Internet, falta de información sobre los fondos y falta de capacidades administrativas para gestionar recursos bajo las altas exigencias impuestas por los financiadores.

El desafío de que los fondos lleguen a los territorios va de la mano con la falta de acceso a recursos para que las mujeres lideren soluciones climáticas a nivel comunitario. Los estudios muestran que, aunque los fondos están aumentando la incorporación de un enfoque de género, la igualdad de género aún no es un objetivo principal del financiamiento climático. Incluso, a pesar de las brechas conocidas para el acceso a estos fondos en los lugares más vulnerables, hay muy pocas discusiones sobre cómo subsanarlas en el diseño de la nueva estructura financiera de la UNFCCC. La necesidad de incluir un enfoque sensible al género que considere las necesidades específicas de las mujeres y que facilite el acceso a los recursos es cada vez más apremiante de cara al cumplimiento de las metas relacionadas con el financiamiento climático para la adaptación y con el objetivo de no dejar a nadie atrás.

Desarrollo de capacidades con perspectiva de género
Otro medio clave de implementación es el desarrollo de capacidades para la acción climática, sin embargo, la mayoría de los programas en este sentido no consideran una perspectiva de género. En los países del Sur Global, las mujeres suelen tener activo interés en aumentar sus capacidades en relación con el cambio climático, pero a menudo no pueden completar su formación. De manera que hay una brecha en las ofertas de desarrollo de capacidades que no integran las necesidades específicas de género, como puede ser la triple jornada de trabajo, lo que también supone un desafío para incluir a las mujeres en las discusiones sobre adaptación al cambio climático.

Por otro lado, otras problemáticas que dificultan el acceso y la finalización de capacitaciones por parte de las mujeres incluyen una brecha digital global del 8%, que alcanza el 17% en África y que conduce a una menor participación de las mujeres en actividades en línea. Además, los diseños de cursos pasan por alto los roles diferenciados que desempeñan las mujeres en la sociedad, lo cual dificulta su asistencia a clases en determinados horarios debido a otras responsabilidades familiares y laborales, así como la falta de garantías para su participación en la toma de decisiones y en eventos relacionados con la adaptación al cambio climático.

En el séptimo Diálogo Técnico del Comité de París para el Desarrollo de Capacidades, celebrado en Bonn en junio de 2023, la participación de género fue uno de los principales temas previstos para desarrollar en las próximas actividades. Las discusiones abordaron aspectos como formas de garantizar el apoyo financiero, la utilización de un lenguaje inclusivo en materia de género y una comprensión integral de todos los desafíos enfrentados en diferentes sectores relacionados con el clima.

Otro diálogo importante sobre la integración de género que se llevó a cabo en esta cumbre fue la revisión de un enfoque de género realizado por los organismos constituidos de la UNFCCC. La conclusión mostró avances en la inclusión de las mujeres en los procesos de toma de decisiones, así como en el desarrollo de capacidades en esta área. Sin embargo, el mayor desafío es ir más allá y avanzar en la igualdad de género y su integración en la toma de decisiones en todos los sectores y niveles de gobernanza para garantizar una participación plena y más justa de las mujeres.

Mucho camino por recorrer
En este artículo, hemos afirmado que es necesario avanzar hacia la igualdad de género en todos los sectores y niveles de gobernanza, adoptando un enfoque holístico y reconociendo a las mujeres como grupos vulnerables y agentes clave del cambio. Si bien hemos resaltado varias dificultades, también existen oportunidades para implementar medidas en favor de una perspectiva de género a corto plazo. Algunas de ellas son:
 - Adoptar un marco de adaptación sensible al género dentro del Objetivo Global de Adaptación;
 - facilitar el acceso a financiamiento para la adaptación al cambio climático, en especial en aquellas áreas que están específicamente relacionadas con cuestiones de género;
 - profundizar en el equilibrio de género que aumente el acceso de las mujeres y las diversidades a la toma de decisiones y la participación en espacios globales;
 - aplicar enfoques diferenciados en el desarrollo de capacidades para una inclusión de género más efectiva que considere las necesidades específicas de las mujeres y los grupos vulnerables.

Desde una perspectiva a largo plazo, para dar respuesta a las problemáticas que enfrentan las mujeres en la adaptación al cambio climático es necesario implementar medidas específicas, en especial en lo relacionado con la educación y el financiamiento. Algunas de ellas son:
 - Comprender y abordar desafíos como la igualdad salarial y de acceso a derechos y oportunidades;
 - mejorar el acceso a la educación y al desarrollo de capacidades en mitigación y adaptación al cambio climático;
 - cerrar la brecha digital;
 - mejorar el acceso al financiamiento climático a nivel local, especialmente para proyectos liderados por mujeres.

En definitiva, este artículo subraya la necesidad de abordar la cuestión de género en la adaptación al cambio climática de manera integral y holística, entendiendo que más allá de los impactos reconocidos mayores en mujeres y otras diversidades, hay un papel activo dentro de la agenda que debe ser reconocido y ampliado.

Por:
 - Nathalia Rezende: Graduada en Relaciones Internacionales. Actúa principalmente en temas de cambio climático con interfaz en juventud. Actualmente, es consultora asistente de coordinación de proyecto y especialista en cooperación sur-sur de la iniciativa Impulsouth.
 - Paula Ellinger: Graduada en Relaciones Internacionales. Trabaja en temas de cambio climático con especial énfasis en actores locales, gobiernos nacionales y redes regionales del hemisferio sur. Integra el Grupo de Revisión por Pares de Expertos de la campaña Race to Zero, de la Organización de Naciones Unidas (ONU), y el comité técnico del Grupo de Financiamiento Climático de América Latina y el Caribe (GFLAC).

Fuente: Fundación Avina - Los artículos InnContext permiten ampliar miradas, aportar diferentes puntos de vista y promover discusiones constructivas. Por esto, no necesariamente reflejan la posición institucional de la Fundación Avina sobre el tema.

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