El mundo necesita reducir emisiones a casi la mitad en esta década para limitar calentamiento a 1,5 °C

  • 31 de marzo de 2023

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La presente década es crucial para reducir las emisiones a casi a la mitad, de aquí al 2030, si se desea limitar el calentamiento a 1,5 °C, meta del Acuerdo de París para evitar los impactos más drásticos del cambio climático, según señala el último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), publicado el pasado 20 de marzo.

Y para limitar el calentamiento a 1,5 °C con respecto de los niveles preindustriales, es preciso lograr reducciones drásticas, rápidas y sostenidas de las emisiones de gases de efecto invernadero en todos los sectores. También es urgente reducir la brecha entre las medidas de adaptación al cambio climático en vigor y aquellas que se necesitan. 

El informe también señala que ya existen opciones viables, eficaces y disponibles en la actualidad para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y adaptarse al cambio climático provocado por el ser humano.

Según Hoesung Lee, Presidente del IPCC, “la incorporación de una acción climática eficaz y equitativa no solo reducirá las pérdidas y los daños para la naturaleza y las personas, sino que también aportará mayores beneficios”.  

Uno de los mensajes medulares del informe es que, si se comparten las tecnologías, los conocimientos especializados y las medidas de política adecuadas y se aporta de inmediato el financiamiento suficiente, cada comunidad puede reducir o evitar el consumo con altas emisiones de carbono.

En 2018, el IPCC había puesto de relieve la escala sin precedentes del desafío que suponía limitar el calentamiento a 1,5 °C. Cinco años después, el desafío es aún mayor debido al aumento constante de las emisiones de gases de efecto invernadero. El ritmo y la escala de las medidas adoptadas hasta el momento, así como de los planes actuales, son insuficientes para hacer frente al cambio climático. 

Actualmente, la quema de combustibles fósiles y el uso desigual e insostenible de la energía y las tierras durante más de un siglo ya han provocado un calentamiento global de 1,1 °C por encima de los niveles preindustriales. Como resultado, se han producido fenómenos meteorológicos extremos más frecuentes y más intensos que han generado impactos cada vez más peligrosos en la naturaleza y las personas en todas las regiones del mundo. 

Cada aumento del calentamiento se traduce en peligros que se agravan rápidamente, como también ha sido señalado en otros informes del IPCC. Las olas de calor de mayor intensidad, las lluvias más fuertes y otros fenómenos meteorológicos extremos exacerban los riesgos para la salud humana y los ecosistemas. En todas las regiones, el calor extremo está causando la muerte de personas y se prevé que la inseguridad alimentaria y la inseguridad hídrica asociadas al clima se incrementarán debido al aumento del calentamiento; y cuando los riesgos se combinan con otros fenómenos adversos, como las pandemias o los conflictos, resulta aún más difícil controlarlos.  

Pérdidas y daños en primer plano
En el informe se hace especial hincapié en las pérdidas y los daños que ya se han ocasionado y que continuarán en el futuro, los cuales perjudican especialmente a las personas y los ecosistemas más vulnerables.

“Casi la mitad de la población mundial vive en regiones que son muy vulnerables al cambio climático. En la última década, el número de víctimas mortales como consecuencia de inundaciones, sequías y tormentas fue 15 veces más alto en las regiones muy vulnerables”, afirmó Aditi Mukherji, uno de los 93 autores del Informe de Síntesis, el capítulo final del Sexto Informe de Evaluación del IPCC. 

Sin embargo, el informe también resalta que la adopción de medidas adecuadas en la actualidad puede dar lugar a un cambio transformador esencial para lograr un mundo sostenible y equitativo. 

De ahí que la justicia climática se hace cada vez más importante porque “aquellas personas vulnerables que menos han contribuido con el cambio climático son las más afectadas y de manera desproporcionada”, señaló Carolina Vera, Vice Chair del Grupo de Trabajo I del IPCC, directora del Instituto Argentino-Francés de Estudios Climáticos y su Ciencia e investigadora principal del Consejo Nacional de Ciencias de Argentina (CONICET). 

La solución radica en el desarrollo resiliente al clima. Ello, según el informe, implica integrar las medidas de adaptación al cambio climático con acciones orientadas a reducir o evitar las emisiones de gases de efecto invernadero, de manera tal que aporten mayores beneficios. 

Por ejemplo, el acceso a las energías y las tecnologías limpias mejora la salud, especialmente en el caso de las mujeres y los niños; la electrificación con bajas emisiones de carbono, los desplazamientos a pie y en bicicleta y el transporte público mejoran la calidad del aire, la salud y las oportunidades de empleo, a la vez que fomentan la equidad. 

Los beneficios económicos para la salud humana derivados solo de la mejora de la calidad del aire serían aproximadamente iguales, o quizás incluso superiores, a los costos que implican reducir o evitar las emisiones. Pero el desarrollo resiliente al clima se torna cada vez más difícil con cada aumento del calentamiento

Por este motivo, el informe subraya que las decisiones que se tomen en los próximos años serán fundamentales para determinar nuestro futuro y el de las generaciones venideras. Y para que esas decisiones resulten eficaces, deben estar basadas en diversos valores, opiniones y conocimientos, incluidos los conocimientos científicos, indígenas y locales. Este enfoque facilitaría un desarrollo resiliente al clima y generaría soluciones adecuadas a nivel local y aceptables desde una perspectiva social. 

“Los mayores avances en materia de bienestar podrían lograrse al priorizar la reducción de los riesgos climáticos en las comunidades marginadas y de bajos ingresos, incluidas las personas que viven en asentamientos informales”, expresó Christopher Trisos, uno de los autores del informe. 

Financiamiento: un punto medular
La acción climática acelerada solo se concretará si se aumenta considerablemente el financiamiento, ya que, si es insuficiente y asignado incorrectamente, frena el avance. Para lograr los objetivos climáticos a escala global es vital aumentar el financiamiento climático, enfatiza también el informe. Los gobiernos, mediante financiación pública y señales claras a los inversionistas, tienen un rol fundamental. También los inversionistas, los bancos centrales y los reguladores financieros pueden aportar.

Para Vera, la capacidad global en financiamiento alcanza, pero se necesita mejorar la distribución de ese financiamiento en países donde las necesidades son mayores, como los países en desarrollo.  

Asimismo, mediante una inversión considerable en las medidas de adaptación es posible evitar los crecientes riesgos, especialmente en el caso de los grupos y las regiones vulnerables, ya que el clima, los ecosistemas y la sociedad están interconectados. 

Por otro lado, una conservación eficaz y equitativa de entre el 30% y el 50%, aproximadamente, de los recursos terrestres, marinos y de agua dulce de la Tierra ayudará a garantizar la salud del planeta. Lo dice no solo el Informe de Síntesis, sino que también está plasmado en el Marco de Biodiversidad Mundial de Kunming-Montreal, aprobado en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Biodiversidad, COP15, en diciembre pasado. 

Las zonas urbanas ofrecen también una oportunidad a escala global para fomentar una acción climática ambiciosa que contribuya al desarrollo sostenible mediante cambios en el sector alimentario, la electricidad, el transporte, la industria, los edificios y el uso de la tierra, que pueden reducir las emisiones.

Cambio en el estilo de vida
Estos cambios pueden ayudar a las personas a llevar un estilo de vida con bajas emisiones de carbono, lo cual también promoverá una mejora de la salud y el bienestar. Y con un mayor conocimiento de las consecuencias del consumo excesivo, las personas pueden tomar decisiones mejor fundamentadas. 

“Hay que integrar medidas para adaptarse al cambio climático con acciones para evitar emisiones que nos lleven a un desarrollo más sostenible con co-beneficios como reducción de la pobreza, agua limpia y mejoramiento de las condiciones de vida”, afirmó Vera. En el caso de América Latina, señaló, por ejemplo, las oportunidades que brindan las soluciones basadas en la naturaleza.  

Según Lee, es más probable que los cambios transformadores prosperen cuando existe confianza, cuando todos colaboran para priorizar la reducción de los riesgos, y cuando los beneficios y las cargas se comparten de forma equitativa. “Urge tomar medidas más ambiciosas y, si actuamos ahora, aún es posible garantizar un futuro sostenible y habitable para todos”.

Sobre el Informe de Síntesis y el IPCC
El Informe de Síntesis es el último capítulo del Sexto Informe de Evaluación del IPCC y fue adoptado en Interlaken (Suiza), el 19 de marzo de 2023, por los 195 Estados Miembros del IPCC. En el Informe de síntesis, proporciona una visión general de la línea superior de los hallazgos de los informes de evaluación producidos por cada uno de los tres Grupos de Trabajo del IPCC —WGI: La Base de la Ciencia Física; WGII: Impactos, Adaptación y Vulnerabilidad; y WGIII: Mitigación del Cambio Climático—, y extrae líneas clave de información de los tres Informes Especiales producidos durante este ciclo: Calentamiento global de 1,5°C; Cambio climático y Tierra, y el Océano y la Criosfera en un clima cambiante.

El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) fue establecido en 1988 para brindar a los tomadores de decisión evaluaciones sobre el estado de los conocimientos científicos, técnicos y socioeconómicos sobre el cambio climático, sus causas, posibles repercusiones y estrategias de respuesta.

El IPCC es un órgano intergubernamental. Pueden formar parte de él todos los países miembros de las Naciones Unidas y de la OMM. Actualmente, el IPCC está compuesto por 195 países. El IPCC es un órgano científico, pero no lleva a cabo investigaciones propias ni supervisa los datos o parámetros relativos al clima. Examina y evalúa la bibliografía científica, técnica y socioeconómica más reciente que se produce en el mundo, pertinente para la comprensión del cambio climático.

Fuente: LatinClima

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