Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) representan un llamamiento universal para poner fin a la pobreza, proteger el planeta y garantizar el bienestar de la población mundial para el 2030.

Todos los países miembros de las Naciones Unidas se comprometieron, desde 2015, a priorizar el cumplimiento de los 17 ODS; sin embargo, Elkin Velásquez, representante regional para ONU-Habitat América Latina y el Caribe, señaló que quedan siete años para esto, por lo que es preciso acelerar su implementación.

Y para ello, el especialista destacó tres propuestas:
 - Incrementar la cantidad de recursos financieros dedicados a los ODS.
 - Localizar los ODS en las ciudades.
 - Implementar los ODS de manera integrada.

“La propuesta uno depende, en buena parte, de factores que van más allá de las posibilidades de decisión de los gestores públicos. Las propuestas dos y tres dependen 100%, en teoría, de decisiones de gestión pública para las cuales se requiere determinación y método. Para seguir avanzando en la localización y en la integración de los ODS, ayuda conocer la dimensión urbana de los ODS; y esto se puede explorar a través de las conexiones existentes entre la Nueva Agenda Urbana, el ODS 11 y los otros 16 ODS”, mencionó Velázquez.

¿Cómo se relacionan los ODS con el ámbito urbano?
Cabe mencionar que el Objetivo 11: Ciudades y comunidades sostenibles, tiene el propósito construir ciudades más inclusivas, seguras, resilientes y sostenibles.

No obstante, los otros 16 ODS también tienen relación con lo urbano y territorial; lo que significa que atender los temas de ciudad es una acción clave para la consecución de la Agenda 2030:

1: Fin a la pobreza. La urbanización sostenible puede contribuir en el combate a la pobreza, al garantizar el acceso a la vivienda, el transporte sostenible y servicios básicos adecuados. Así como al promover la inclusión, el uso eficiente de los recursos y la resiliencia ante el cambio climático.

2: Hambre cero. Las ciudades y territorios pueden trabajar hacia el hambre cero. Esto al apoyar los vínculos urbano-rurales y fortalecer la planificación del desarrollo nacional y regional; además de construir edificios sostenibles y resilientes con materiales locales.

3: Salud y Bienestar. Los entornos urbanos son capaces de mejorar la salud y el bienestar de la población al reducir el impacto ambiental negativo de las ciudades; esto con especial atención a la calidad del aire. Además de apoyar los vínculos ambientales positivos entre zonas urbanas, periurbanas y rurales.

4: Educación de calidad. Las ciudades y pueblos pueden garantizar la educación de calidad al construir instalaciones educativas inclusivas y que ofrezcan entornos de aprendizaje seguros.

5: Igualdad de género. Los entornos urbanos pueden promover la igualdad de género al proporcionar acceso universal a zonas verdes y espacios públicos seguros, inclusivos y accesibles; así como al involucrar a las mujeres en la planeación y gestión participativa de las decisiones de ciudad.

6: Agua limpia y saneamiento. La urbanización es capaz de lograr agua limpia y saneamiento. Esto al garantizar el acceso universal y equitativo al agua potable; además de implementar servicios de saneamiento e higiene adecuados y equitativos.

7: Energía asequible y no contaminante. El urbanismo sostenible avanza hacia la energía asequible y limpia, garantizando el acceso universal a servicios energéticos asequibles, fiables y modernos.

8: Trabajo decente y crecimiento económico. El urbanismo sostenible crea trabajo decente y crecimiento económico, al impulsar la diversificación, modernización tecnológica y la innovación y el crecimiento de pequeñas y medianas empresas.

9: Industria, innovación e infraestructura. La urbanización sostenible fomenta la industria, innovación e infraestructura. Además, facilita el desarrollo de infraestructuras sostenibles y resilientes en los países en desarrollo.

10: Reducción de las desigualdades. El desarrollo urbano sostenible reduce la desigualdad al promover la inclusión social, económica y política de todas las personas mediante legislaciones, políticas y medidas adecuadas.

12: Producción y consumo responsables. Las ciudades pueden fomentar la producción y el consumo responsables; gestionar ecológicamente los desechos a lo largo de su ciclo de vida; así como reducir la generación de desechos mediante actividades de prevención, reducción, reciclado y reutilización.

13: Acción por el clima. El desarrollo urbano sostenible hace frente al cambio climático y fortalece la resiliencia y capacidad de adaptación a los riesgos relacionados con el clima y los desastres naturales.

14: Vida submarina. Los asentamientos humanos pueden proteger la vida submarina al gestionar adecuadamente los residuos que generan las ciudades y las aguas residuales; así como al reducir el uso de productos que contaminan los ríos y los mares.

15: Vida de ecosistemas terrestres. Las ciudades pueden proteger la vida de ecosistemas terrestres al combatir la desertificación y rehabilitar las tierras y suelos degradados; además de recuperar los bosques degradados e incrementar la forestación.

16: Paz, justicia e instituciones sólidas. La urbanización sostenible fomenta la paz, la justicia y las instituciones sólidas. Además de que contribuye a la reducción de la violencia, el maltrato y explotación infantil, y promueve el estado de derecho y la igualdad de acceso a la justicia.

17: Alianzas para lograr los objetivos. Las ciudades y territorios pueden trabajar en alianzas para lograr los Objetivos; así como fomentar y promover la constitución de alianzas eficaces en las esferas pública, público-privada y de la sociedad civil.
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Fuente: Centro Urbano