Posicionamiento de la Red Internacional de Promotores ODS sobre la situación de acceso a vacunas para la prevención del COVID-19

  • 12 de mayo de 2021

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El pasado 30 de enero de 2020, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró epidemia de enfermedad por el virus SARS-CoV2 COVID-19, al representar una emergencia de salud pública de preocupación internacional. Posteriormente, el 11 de marzo de 2020, declaró al COVID-19 como pandemia global en razón de su capacidad de contagio a la población en general.

La caracterización de pandemia, desde la perspectiva sanitaria, significa que la epidemia se ha extendido por varios países, continentes o todo el mundo, y que afecta a un gran número de personas como una enfermedad grave de atención prioritaria en la que los Estados deben establecer las medidas necesarias para la prevención y control de la pandemia.

El 31 de diciembre de 2020, la OMS incluyó en su lista de uso en emergencias, como primera vacuna contra COVID-19, a la vacuna BNT162b2 de ARNm de Comirnaty (Pfizer–BioNTech). Actualmente, hay al menos 11 vacunas distintas que los países han administrado a su población, concediendo prioridad en todos los casos a las personas vulnerables. En este momento, hay más de 200 vacunas experimentales en desarrollo de las cuales más de 60 están en fase clínica.

No obstante, a lo anteriormente citado, los esfuerzos de los gobiernos por velar por el cumplimiento de las metas del Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 3 “Salud y Bienestar”, así como los ODS que, en consecuencia, se ven afectados transversalmente no se ve reflejados en las acciones que han implementado a través de las políticas públicas establecidas para ello. 

A estas situaciones que desfavorecen a diversas poblaciones altamente expuestas ante el COVID-19, se suman la falta de apoyos económicos o beneficios financieros, el aumento de la desigualdad ante los avances de los planes de vacunación, y a un sinnúmero de esfuerzos estériles a la hora de brindar soluciones efectivas para las poblaciones de todo el mundo respecto del acceso a la educación universal, los cuidados preventivos de salud necesarios en todas las edades de las personas. Asimismo, se ha experimentado un grave aumento del desempleo por la desaceleración económica, lo que pone de manifiesto la urgente y necesaria acción de los Estados (en todos sus niveles) y el fuerte compromiso social que se precisa para poder brindar soluciones colectivas y efectivas ante esta preocupante situación global.

En consecuencia, la Red Internacional de Promotores ODS (RIPO) ha tomado la decisión de emitir el presente posicionamiento en el que busca interpelar a las personas, instituciones y los Estados para que trabajemos de forma conjunta en el diseño de soluciones efectivas, innovadoras y de gran alcance para poder salir de esta compleja situación sin dejar a nadie atrás y poniendo los esfuerzos en los avances y cumplimiento de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.

Es por ello que desde la RIPO solicitamos a los Estados: 

  1. Implementar campañas de vacunación con foco principal en los sectores más vulnerables de nuestras sociedades: adultos mayores, pacientes con cáncer, pacientes sometidos a trasplante hepático, embarazadas, mujeres lactantes, personas infectadas por el VIH, personas inmunodeprimidas, personas que presentan enfermedades autoinmunitarias, personas con antecedentes de parálisis facial, personas que anteriormente presentaron una infección de SaARS-CoV2, entre otras.

  2. Priorizar la vacunación de quienes se encuentran altamente expuestos al virus, como a los profesionales sanitarios que participan en el combate al COVID-19.

  3. Estratificar el riesgo de contagio por COVID-19 por la edad, la presencia de comorbilidades (especialmente HTA, DM, obesidad y patología cardiorrespiratoria previa), el estado general del paciente y el tipo concreto de tratamiento.

  4. Asegurar el suministro suficiente de dosis de vacunas, así como su acceso asequible y gratuitas para todas las personas independientemente de su ubicación geográfica, situación económica y género.

  5. Convocar a los países a trabajar de forma mancomunada y efectiva frente a las situaciones de vulnerabilidad social surgidas de la pandemia y actual solidariamente ante la gestión y adquisición de vacunas, brindando oportunidades por igual a todos los Estados del mundo, denunciando así también las especulaciones económicas de las empresas farmacéuticas productoras de las vacunas efectivas.

  6. Se solicita la intervención y apoyo de los Estados y organismos internacionales para buscar los consensos necesarios con empresas y laboratorios y, ante la acuciante situación de pandemia mundial, se liberen las patentes de propiedad intelectual. Éstas patentes deben ser reconocidas como auténticos bienes públicos globales; incluyendo vacunas, pruebas de diagnóstico y otras tecnologías de COVID-19 mientras dura la pandemia, hasta que se logre la inmunidad de grupo mundial.

  7. Verificar la procedencia lícita de las vacunas contra COVID-19. 

  8. Implementar un plan de vigilancia que incluya la descripción y organización de las distintas actividades de fármaco vigilancia para identificar las potenciales reacciones adversas frecuentes que presenten las personas a las que se les han suministrado los distintos tipos de vacunas contra COVID-19.

  9. Aumentar la capacidad de atención y gestión de los sistemas sanitarios para la atención de este y todo tipo de enfermedades de requerida atención social, incluyendo en el proceso a actores de la sociedad civil vinculados al apoyo, tratamiento y gestión de sistemas de salud, como así también a los gobiernos subnacionales de todo nivel.

  10. Asegurar la transparencia respecto de los planes de vacunación vinculados al COVID-19, facilitando información técnica de las vacunas gestionadas, cantidades, plazos, costos, inversiones directas e indirectas, entregas, actores sociales y gubernamentales multinivel vinculados en todo el proceso, criterios de priorización y organización de grupos poblacionales y sus justificaciones y criterios técnicos respectivos.

  11. Fomentar estrategias de comunicación, acceso a la información, difusión, sensibilización y educación para informar a la población sobre sus derechos en temas de salud, los beneficios de la vacunación, la seguridad y eficacia de las diversas vacunas contra COVID-19. 

  12. Diseñar procesos de formación y capacitación para comunicadores, periodistas, medios de comunicación (digitales, impresos, radiales y televisivos) para que colaboren en el trabajo diario de sensibilización sobre los cuidados y acceso a la vacunación según las estrategias emprendidas por los diversos Estados.

  13. Fomentar el diálogo, internación y participación con las poblaciones, gobiernos subnacionales y la sociedad civil organizada para entender las necesidades y contextos específicos de vida de las comunidades y evitar que las condiciones de exclusión estructural, vinculadas principalmente a situaciones pobreza, desigualdad y género, den lugar a postergaciones o demoras en el acceso a vacunas por parte de todas y todos.

  14. Contemplar las posibles consecuencias psicológicas negativas que tanto las cuarentenas como la pandemia pueden generar en las personas, como la ansiedad, el estrés y los diversos problemas de salud mental, en función de ello efectuar recomendaciones de esta índole para controlar estas problemáticas.

  15. Priorizar a mediano y largo plazo el cumplimiento y aportes a la implementación y seguimiento de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y sus 17 ODS.

Fuente: Red Internacional de Promotores ODS

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