Conoce las 10 prioridades del Secretario General de la ONU para el año 2021
- 28 de enero de 2021
El año 2021 debe ser el año en que cambiemos de velocidad y pongamos el mundo en la senda correcta, asegura el titular de la ONU. Para conseguirlo, es necesario antes que nada detener la pandemia de COVID-19, relanzar la economía de una forma que sea sostenible e inclusiva, y hacer la paz con la naturaleza, afrontando el cambio climático y la destrucción de la biodiversidad, todo siempre desde la unidad, la solidaridad internacional y el multilateralismo.
Después de un 2020 que nos trajo tragedias y peligros, “el 2021 debe ser el año en que cambiemos de velocidad y pongamos el mundo en la senda correcta”, ha afirmado el Secretario General de la ONU al presentar este jueves las diez prioridades que propone para el mundo en los próximos meses durante una reunión oficiosa con los Estados miembros de la Organización.
António Guterres calificó 2020 como “un annus horribilis global, un año de muerte, desastres y desesperación”, pero quiso sentar las bases para un futuro más optimista asegurando: “Necesitamos pasar de la muerte a la salud; del desastre a la reconstrucción; de la desesperación a la esperanza; de las soluciones trilladas a la transformación”.
Para conseguirlo, señaló que los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Organización “son más importantes que nunca” y declaró que ha llegado el momento de asegurar el bienestar de las personas, las economías, las sociedades y nuestro planeta.
Para Guterres, todo ello, es posible, pero para conseguirlo tiene que hacerse “desde la unidad”.
Estas son las 10 prioridades del Secretario General para el 2021
1. Responder a la pandemia de COVID-19
“Las vacunas son la primera gran prueba moral que tenemos por delante. Deben ser percibidas como bienes públicos mundiales —patrimonio de la gente— disponibles y asequibles para toda la población”, dijo Guterres.
Tras alabar el hecho de que muchos países apoyen el mecanismo COVAX de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para la distribución de las vacunas en los países de bajos y medianos ingresos, señaló que “el mundo no está haciendo lo suficiente”.
Recordó que las vacunas están llegando rápidamente a unos pocos países, mientras que los países más pobres carecen por completo de ellas, lo que calificó como “un éxito de la ciencia, pero un fracaso de la solidaridad”.
Y destacó que los Gobiernos tienen la responsabilidad de proteger a sus poblaciones, pero no se puede derrotar a la COVID-19 si cada país actúa por su cuenta.
“Si se permite que se extienda como un reguero de pólvora en el Sur Global, el virus tenderá inevitablemente a mutar y a pasar a ser más contagioso, más mortal y, en última instancia, más resistente a las vacunas, listo para ir de vuelta a atacar al Norte Global”, explicó haciéndose eco de lo que los científicos advierten puede ocurrir.
Otro aspecto preocupante de las vacunas es que, estudios recientes han revelado que el acaparamiento de vacunas podría costar a la economía mundial hasta 9,2 billones de dólares, un impacto del que casi la mitad repercutiría en los países más ricos.
“Solo hay un vencedor en un mundo en el que unos tienen vacunas y otros no: el propio virus”, afirmó antes de pedir que se tomen seis medidas concretas:
- Dar prioridad a los trabajadores de la salud y a los que corren más riesgo
- Proteger los sistemas de salud para evitar su colapso en los países más pobres
- Asegurar un suministro suficiente y una distribución justa, entre otras cosas haciendo que los fabricantes prioricen el suministro al mecanismo COVAX
- Entregar los excedentes de dosis al mecanismo COVAX
- Ampliar la disponibilidad de licencias para intensificar la fabricación
- Fomentar la confianza en la vacuna
“Necesitamos invertir masivamente en los sistemas de salud en todas partes. En cuestiones como la cobertura sanitaria universal. La atención de la salud mental. La protección social y el trabajo decente”, señaló el Secretario General que destacó la necesidad de que los “niños y niñas vuelvan a la escuela en condiciones de seguridad”.
Esa recuperación económica debe ser inclusiva y ningún país debe verse obligado a elegir entre la prestación de servicios básicos y el servicio de su deuda. Ello requiere un salto cualitativo en el apoyo financiero de los países ricos a los menos desarrollados, lo que incluye:
- Una expansión de la Iniciativa de Suspensión del Servicio de la Deuda del G-20
- El alivio de la deuda para todos los países en desarrollo y de ingreso mediano que lo necesiten
- El aumento de los recursos para las instituciones financieras multilaterales
- Una reasignación voluntaria de derechos especiales de giro no utilizados
- La liquidez es crucial para prevenir impagos de la deuda
3. Hacer las paces con la naturaleza
“2021 es un año crítico para el clima y la biodiversidad”, aseguró el titular de la ONU que el mes pasado, pidió a todos los Estados miembros que declararan una emergencia climática en sus países.
Ese llamado lo reforzó hoy con un llamamiento a la comunidad internacional para que alcance cinco hitos clave antes de la Conferencia sobre Cambio Climático, la COP26, que se celebrara en noviembre:
- Ampliar la coalición mundial para conseguir la neutralidad en carbono de aquí a 2050. La coalición representa actualmente el 70 % de la economía mundial y el 65 % de las emisiones mundiales de dióxido de carbono. Asegurar que este año abarque al menos el 90 % de las emisiones. Los países del G-20 y los principales emisores deben liderar el camino.
- Presentar contribuciones determinadas a nivel nacional para reducir las emisiones mundiales en un 45 % de aquí a 2030 en comparación con los niveles de 2010
- Avanzar en la adaptación al cambio climático de manera importante. La adaptación no puede ser el componente olvidado de la acción climática. Los donantes y los bancos multilaterales de desarrollo deberían aumentar la proporción de la financiación para la adaptación del 20 % hasta un mínimo del 50 % para 2024
- Respetar todos los compromisos financieros. Los países desarrollados deben cumplir su compromiso de movilizar 100.000 millones de dólares anuales para la acción climática en los países en desarrollo. Esto debería incluir la plena capitalización del Fondo Verde para el Clima. Todos los bancos de desarrollo deberían armonizar sus carteras con el Acuerdo de París y los Objetivos de Desarrollo Sostenible para 2024, y ayudar a movilizar la financiación y la inversión privadas mediante el establecimiento de garantías y alianzas. Esto permitiría canalizar miles de millones de dólares en flujos financieros.
- Adoptar políticas de transformación mediante la imposición de un impuesto al carbono, dejar de construir nuevas centrales eléctricas de carbón, eliminar gradualmente el carbón en los países de la OCDE para 2030, y en todos los demás para 2040, eliminar gradualmente la financiación de los combustibles fósiles, poner fin a los subsidios a los combustibles fósiles, trasladar la carga fiscal de los ingresos al carbono, y de los contribuyentes a los contaminadores, hacer obligatoria la divulgación de los riesgos financieros relacionados con el clima, integrar la neutralidad en carbono en todas las políticas y decisiones económicas y fiscales, y promover, financiar e implementar planes de transición equitativos
António Guterres ve en la Conferencia sobre la Biodiversidad , la COP15 , sobre la biodiversidad una oportunidad para detener la crisis de extinción a través de un nuevo marco de diversidad biológica posterior a 2020.
“No olvidemos que el 75 % de las enfermedades infecciosas humanas nuevas o emergentes son zoonóticas”, recordó.
4. Hacer frente a la pandemia de la pobreza y la desigualdad
Más del 70 % de la población mundial experimenta una desigualdad de riqueza cada vez mayor, dice Guterres quien señala que la riqueza no es la única medida: “En la vida, las oportunidades dependen, entre otros factores, del género, la raza, el origen étnico o familiar o el hecho de tener o no discapacidad”.
Estas injusticias se alimentan mutuamente, hacen que la gente pierda la confianza en los Gobiernos e instituciones y resuenan a lo largo de generaciones, algo que la pandemia ha empeorado, mostrando además cómo se ha cebado con las personas vulnerables y marginadas.
Las palabras de Guterres estuvieron reforzadas por un informe publicado esta misma semana por la organización no gubernamental Oxfam que reveló que solo con el aumento de la fortuna de los diez hombres más ricos durante la crisis habría suficiente para evitar que nadie cayera en la pobreza a causa del virus y para pagar la vacunación contra el COVID-19 para todo el mundo.
Para hacer frente a ello, propuso:
- Concertar un Nuevo Contrato Social dentro de los países, para que todas las personas tengan perspectivas de futuro y disfruten de protección
- Convertir a la educación y la tecnología digital en los dos grandes factores de facilitación e igualdad
- Introducir reformas en los mercados laborales y tomar medidas enérgicas contra la corrupción, los paraísos fiscales, el blanqueo de dinero y los flujos financieros ilícitos
- Transformar el mundo de los cuidados
- Usar la asistencia oficial para el desarrollo como una tabla de salvación
- Corregir los errores del pasado y combatir las injusticias sistémicas de nuestro tiempo
- Cumplir nuestra promesa de no dejar a nadie atrás es posible
Mucho antes de la pandemia, los derechos humanos ya eran objeto de crecientes presiones, indicó Guterres para quien el estado de derecho está en peligro por la fragilidad de los sistemas judiciales, mientras los sistemas políticos represivos atentan contra las libertades fundamentales y raras veces se rinden cuentas por la comisión de crímenes atroces, y las mujeres, las niñas, las minorías y las personas LGBTI padecen una discriminación y una violencia crónicas.
A ello se suma que la pandemia ha desencadenado su propia crisis de derechos humanos. El discurso de odio se ha multiplicado. Varios Estados han utilizado los confinamientos para limitar el espacio cívico y la labor de los periodistas y de quienes defienden los derechos humanos. Y la enfermedad está teniendo un impacto desproporcionado en las minorías, las personas con discapacidad y las que sufren marginación.
Frente a ello, Guterres destacó que la necesidad de:
- Eliminar la desigualdad racial que sigue impregnando las instituciones, las estructuras sociales y la vida cotidiana
- Alzarnos contra el auge del neonazismo y la supremacía blanca
- Luchar contra el racismo y la discriminación.
- Promover y proteger plenamente todos los derechos humanos
“La COVID-19 ha sacado a la luz lo que con demasiada frecuencia se pasa por alto. Las mujeres son trabajadoras esenciales: cuidan de los demás y sostienen a las comunidades. No obstante, son las que se han visto más afectadas por la pérdida del empleo y más abocadas a la pobreza. La pandemia también ha desencadenado una epidemia paralela de violencia de género: desde la violencia en el hogar y en línea hasta el aumento del matrimonio infantil y de la explotación sexual”, aseguró el titular de la ONU.
Frente a ese trato desigual, puso en contraste el hecho de que las mujeres que ocupan posiciones de liderazgo han demostrado de lo que son capaces en la lucha contra la COVID-19 y han conseguido mantener las tasas de prevalencia en los niveles más bajos, y los países que lideran están en vías de recuperación.
Para Guterres, “es hora de cambiar las viejas estructuras y abandonar los modelos caducos. Si la economía formal funciona, es solo porque está subvencionada por el trabajo de cuidados no remunerado que realizan las mujeres”.
La inversión en la economía de los cuidados podría suponer un estímulo para el crecimiento económico y la recuperación de la pandemia, aseguró.
7. Superar las divisiones geopolíticas y encontrar un terreno común.
“Para hacer frente a las amenazas a la paz y la seguridad que nos acucian hoy en día, tenemos que encontrar un camino de vuelta al sentido común. Necesitamos un Consejo de Seguridad unido”, observó el Secretario General para quien es necesario evitar una gran fractura que divida al mundo en dos.
Por el contrario, se debe trabajar por:
- lograr una única economía mundial
- una Internet segura y abierta
- la ciberseguridad,
- el respeto al derecho internacional y a unas normas que sean fruto del acuerdo común y se acepten de forma general
“Hemos visto algunas señales alentadoras, y se ha dado un nuevo soplo de vida a procesos de paz que estaban en situación precaria. En varios lugares se han decretado medidas de alto el fuego y pausas en las hostilidades que se mantienen en diverso grado: desde Libia y Ucrania hasta Siria y el Sudán, pasando por Nagorno Karabaj y Sudán del Sur. Pero en otros lugares (como la República Centroafricana, Mali o Afganistán), continúan los enfrentamientos y han surgido nuevos conflictos”, expuso.
Por ello, instó a todos los Estados Miembros a que presionen a todas las partes implicadas para poner punto final a estas guerras sin sentido.
También aseguro que se necesita un alto el fuego global, pero al mismo tiempo se deben intensificar los esfuerzos para evitar que las crisis estallen.
8. Reconstruir el régimen de desarme y no proliferación nuclear, que se está erosionando
El viernes pasado entró en vigor el Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares y Guterres exhortó a todos los Estados a que apoyen el objetivo de este Tratado. Sin embargo, observó que a pesar de este acontecimiento positivo, “el deterioro de las relaciones entre los Estados poseedores de armas nucleares debería ser motivo de alarma”.
“Insto a esos Estados a que encuentren un terreno común en la Conferencia de Examen del Tratado sobre la No Proliferación de las Armas Nucleares que se celebrará este año”, añadió para después felicitar a los Estados Unidos y la Federación de Rusia por prorrogar el Nuevo Tratado START por cinco años, el máximo plazo previsto en el acuerdo, lo que permitirá tener tiempo para negociar nuevas reducciones.
9. Aprovechar las oportunidades que ofrecen las tecnologías digitales, sin dejar de protegernos de los crecientes peligros que encierran
Durante la pandemia, las tecnologías digitales han permitido que las sociedades sigan funcionando y las personas se mantengan conectadas. Pero la pandemia también ha dejado al descubierto una enorme brecha en el acceso a esas herramientas, incluida la existencia de grandes disparidades de género.
El mundo entró en la era digital hace décadas, pero sigue existiendo un desafío fundamental: superar la brecha digital.
Los objetivos principales son:
- Que todo el mundo, en cualquier lugar, tenga un acceso asequible, efectivo y seguro a Internet de aquí a 2030 y que todas las escuelas del mundo estén en línea lo antes posible
- Reforzar la ciberseguridad y promover un comportamiento responsable en esta esfer
- Establecer un alto el fuego en el ciberespacio, entre otras cosas para poner fin a los ciberataques contra la infraestructura vital
- Combatir la propagación digital del odio, la explotación y la desinformación
- Resolver la cuestión de cómo se usan nuestros datos. Gran parte de la información que se recopila sobre las personas se utiliza con fines positivos. Pero cada vez más, la gente exige que su opinión se tenga más en cuenta en lo que respecta al modo en que se usan los datos, en particular para influir y controlar los comportamientos. También es cada vez más alarmante cómo los Gobiernos pueden explotar los datos para violar los derechos humanos de personas o de grupos específicos.
- Es necesario proseguir los esfuerzos para definir normas internacionales y regímenes fiscales apropiados
- Los seres humanos deben tener el control de la inteligencia artificial
- Prohibir las armas autónomas letales.
Como última prioridad, el Secretario General de la ONU señaló que es necesario reforzar y repensar nuestra gobernanza del patrimonio mundial esencial, que no es solo la salud pública, sino también la paz y nuestro medio natural.
“Estoy totalmente inmerso en un proceso de reflexión profunda, que se apoya en las consultas globales del año pasado celebradas en el marco de la iniciativa ONU75. Está claro que los desafíos a los que nos enfrentamos exigen un multilateralismo más inclusivo e interconectado. También he pedido un Nuevo Pacto Mundial entre los países que haga posible una distribución más amplia y justa del poder, los beneficios y las oportunidades. Los países en desarrollo merecen que se les permita opinar más en la toma de decisiones a nivel mundial. Los jóvenes también deben participar en la adopción de decisiones: para construir su propio futuro en lugar de ser meros destinatarios de las decisiones de sus mayores, los cuales, para ser sinceros, les han defraudado en no pocas cuestiones importantes.
Todo ello desde la unidad
Guterres terminó de exponer sus prioridades de la misma forma en que terminó cada una de ellas, que lograr los cambios es posible si se hace desde la unidad y el multilateralismo.
“Toda crisis desencadena un cambio. Podemos dejar atrás un annus horribilis para hacer del presente un annus possibilitatis: un año de posibilidades y esperanza. Es posible construir el mundo que queremos. Debemos conseguirlo. Desde la unidad”.
Fuente: ONU Noticias